👋 Bienvenida
¡Muy buenos días!
Esta semana estuve en el sur de Chile, en la isla grande de Chiloé, grabando el primer programa de televisión de mi vida.
La oportunidad salió nuevamente gracias a la obra de teatro y el podcast. La obra de teatro, porque hace unos meses atrás un gran actor chileno llamado Felipe Braun la pudo ver cuando regalé la función al Teatro del Lago del Sur. Él se acercó a felicitarme y, gracias a eso, pude invitarlo a mi podcast, donde estuvo hace dos semanas.
Fue entonces que me invitó a grabar su programa de entrevistas “Sobre la Tierra” de Canal 13, donde recorre durante 4 días algún lugar de Chile y entrevista caminando a un científico y a alguien del mundo cultural. A mí me tocó hacer ese “alguien del mundo cultural”.
Como siempre, tras unos pocos segundos de felicidad e incredulidad por la invitación, atacó mi compañero infaltable: el síndrome del impostor. Haciéndome pensar: ¿por qué me invitó a mí?, ¿de qué voy a hablar?, ¿cuál puede ser mi aporte, siendo que han pasado personas tan inteligentes o que han hecho cosas tanto más importantes que yo?
Mi primera decisión fue sobre-prepararme. Esto es algo que me caracteriza ante cosas que no conozco y que me ayuda a bajar el nerviosismo: me puse a investigar todo de Chiloé, su historia, cultura, tradiciones. Investigué nuevamente todo sobre Felipe y sobre el invitado científico, un biólogo marino de nivel mundial llamado Stephen Gelcich. Vi todos los programas anteriores para saber qué tipo de preguntas hacían y empecé a reflexionar mis respuestas a ellas.
Con eso ya me podía sentir un poco más tranquilo; para el resto me iba a dejar fluir y confiar en mi habilidad de pensamiento e improvisación una vez que estuviésemos grabando. También quería dejarme afectar por aquellas vistas y lugares que íbamos a recorrer, y sentir que esas reflexiones fluyan naturalmente.
Llegado el día del viaje, el martes en la mañana conocí a Stefan, el biólogo marino. Tuvimos química inmediatamente, empezamos a reírnos y conversar. ¿Cuál fue el gatillo? Que vio que mi mochila era del Ironman de Valdivia y me preguntó si es que yo nadaba. Le dije que sí, y resultaba que él también (siendo biólogo marino, creo que es casi una obligación). A modo de broma dijimos: “ya, ¡nos tenemos que tirar a nadar juntos en los canales de Chiloé!”.
Fueron cuatro días extraordinarios, donde pude hablar seriamente de las cosas que creo y sobre mi misión en esta vida. Fueron días donde pude hacer comunidad. Éramos un grupo como de 10 personas, todos empujando hacia que fuera el mejor capítulo posible, que generara el mayor valor al mundo. Fueron cuatro días en que pude hablar con la gente local y volver a conectar con desconocidos que abrían su vida a mí. Es increíble cómo el ser entrevistador del podcast y seguir trabajando como coach me han ayudado a poder abrir conversaciones tan rápidas y tan valiosas, tanto para la persona como para mí.
Pero por sobre todo, más allá de los paisajes, la comunidad y haber cumplido el sueño de aparecer por primera vez en un programa de televisión (estará al aire en una semana más y no dudaré en compartirlo con ustedes), lo que más me marcó de este viaje es que me sentí muy seguro de mí mismo. Me sentí con seguridad de opinar, disfrutar, bailar, cantar, e incluso… de nadar.
Era el último día y estábamos en una embarcación de dos pisos, recorriendo uno de los canales de Chiloé. Agua entre 10-12 grados, salada, durante la puesta de sol. Estaba tan contento con el resultado del viaje que simplemente miré a Stefan y le dije: “creo que es hora de lanzarnos”. Él estaba totalmente de acuerdo. Los guías de la expedición nos dijeron que había trajes de agua para los diez que integrabamos el equipo. Al ver la locura de Stefan y mía de estar poniéndonos los trajes de agua, todos empezaron a motivarse, y fue así como subimos al segundo piso de la embarcación y fuimos saltando, uno a uno, a esas aguas heladas para cerrar el mejor capítulo del mundo. Si ya estábamos unidos, esto cimentó absolutamente la relación.
Como siempre, creo que fui el último en saltar del segundo piso del bote. No lo había hecho nunca desde tan alto. La diferencia fue que me sentí seguro y sí salté. No sólo salté: nadé 400 metros hasta una boya, lejos del barco, y volví. Nunca había nadado en el mar con esa corriente y ese frío, pero la felicidad era mi calor, y me parecía el final perfecto para un viaje de crecimiento personal como este.
Hace dos años no sabía nadar. Hoy cerraba un programa de televisión haciéndolo.
Y me sentí seguro y feliz.
Estoy infinitamente agradecido por la oportunidad, haber podido vivir esto y llevarme ese recuerdo para el resto de mi vida.
¿List@ para despegar? ¡Aquí vamos!
🔧 Reflexión - Cómo dar consejos. Baltazar Gracían dijo lo siguiente: “Cuando aconsejes a alguien, debería parecer que le estás recordando algo que había olvidado, no mostrándole una luz que no fue capaz de ver.” Aconsejar no debe ser nunca un acto de superioridad, sino un gesto de conexión. Cuando le mostramos a alguien que ya tiene dentro de sí la capacidad o el conocimiento, simplemente olvidado o nublado por las circunstancias, lo empoderamos. En cambio, si lo abordamos como si le estuviéramos revelando algo que jamás podría haber visto por sí mismo, lo hacemos sentir pequeño o dependiente. De cierta manera, el verdadero consejero no ilumina desde arriba, sino que enciende la chispa que ya existe dentro del otro.
Herramienta - Una de mis meditaciones guiadas favoritas. El grupo de música islándico Sigur Ros es uno de mis favoritos desde casi 20 años. Me ayudan a desconectarme, reflexionar, imaginar. Hace un par de años sacaron un disco muy especial, de pocas pistas, donde musicalizan meditaciones guiadas de Alan Watts (el maestro que citamos la semana pasada) y el resultado es hermoso. Te dejo aquí una meditación de media hora que es realmente hipnotizante (te recomiendo hacerla con audífonos). La volví a hacer la semana pasada y necesité compartirla contigo. ¡Buen viaje!
🎙️ Entrevista - Omar González: Actor de doblaje y locutor argentino. Omar González Frau es un locutor y actor de doblaje argentino, conocido por haber sido la voz del canal ESPN.
Lo conocí en Radio Concierto (donde hace locuciones, spots, etc.) el día que me entrevistaron por mi actuación en el Teatro Municipal. Vio que estaba nervioso por actuar por primera vez ante 1.000 personas y se acercó a aconsejarme y felicitarme por mi habilidad de hacer tantas voces. Yo aún no sabía que el también vivía de trabajar con su voz, por lo que su generosidad de ayudarme en ese momento adquiere aún más valor para mí.
Tiene una voz que retumba; es capaz de hablar con acento argentino, español y neutro; fue la voz oficial de ESPN, el canal Space, varios de los villanos de Power Rangers y mucho más. Es por esto que lo invité a conversar sobre el oficio de hacer doblajes, ser locutor, trabajar de la voz y ser el primer invitado argentino de nuestro programa.
Puedes escuchar/ver el capítulo haciendo click aquí.
¿Quieres escuchar lo potente que es su voz? Ve este video de 50 segundos donde le pedí que leyera a la primera un spot que le pedí a Chat GPT que escribiera sobre “hierba mate” 🤯.
🎥 Video - Masterclass del experto mundial en comunicación efectiva. Hablar con confianza no es un don, es una habilidad. Vinh Giang enseña muchas técnicas de cómo comunicar mejor. Siempre me había gustado sus consejos en Instagram y es primera vez que puedo escucharlo dos horas aconsejando tantas acciones concretas para mejorar la forma de comunicarse y hablar en público. Creo que esto puede servirte mucho para tu vida personal y profesional.
✍🏻 Cita para reflexionar
Leí esta frase en el Instagram de un amigo que hace escalada y lo quise traer para acá.
En vez de pedir que el camino sea más fácil, esforcémonos por ser más capaces, por desarrollar las habilidades que nos permitan alcanzar objetivos más altos. Al buscar que el mundo se adapte a nosotros, nos estancamos. Cuando nos adaptamos y superamos nuestras propias limitaciones, nos transformamos.
“Mejor elevar la habilidad antes que reducir la subida.”
— Royal Robbins
¡Que tengas una semana extraordinaria!
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